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Volvía de su cumpleaños y tras recibir una puñalada le arrebataron el celular

Policiales 03 de abril de 2021 Redaccion Multimedios Genesis Redaccion Multimedios Genesis

“Primero no caí en lo que había pasado. Pero cuando vi que la Policía caratuló el hecho como robo calificado y tentativa de homicidio recién tomé dimensión que estuve a milímetros de la muerte. La verdad que podría llamarse un milagro lo que me pasó”. Con esas palabras reconoció Maximiliano Mareco, un joven mecánico del Kilómetro 8 de Eldorado, la gravedad del suceso que le tocó sufrir durante la madrugada de ayer, a pocos metros de la casa de sus abuelos, cuando un motochorro le arrebató el celular tras propinarle una puñalada que, por centímetros, no alcanzó el corazón. 

El ataque se produjo minutos antes de las 2, en inmediaciones a las calles Guimarães y Ñacanguazú. Por ser su cumpleaños número 21 el martes, los compañeros y amigos del taller donde trabaja Maxi, organizaron el miércoles por la noche un agasajo que se extendió hasta la madrugada del día siguiente.

Como era habitual, una vez terminada la celebración, el patrón acercó con su camioneta al agasajado hasta la esquina de la casa de los abuelos de Maxi. 

Tras despedirse de su patrón, el joven caminó unos cuantos metros hasta que dos casas antes de la morada de sus abuelos se detuvo por un instante para revisar su teléfono celular.  Fue allí cuando una moto con dos ocupantes se detuvo a pocos metros de él. Quien manejaba era una chica y lo acompañaba un muchacho. Ambos eran delgados y aparentaban ser menores de edad. Hasta ese momento, Maxi no desconfió de las verdaderas intenciones de los motociclistas.

"Mientras yo me detuve un instante para mirar mi celular se acercó una moto con una chica que iba manejando y atrás iba un chico. Ella hizo que miró el motor mientras que el chico bajó. Él vino sin previo aviso y me hincó. Ahí me quedé congelado porque me sorprendió la situación. Hasta allí no sentí nada, pero después vi la sangre”, revivió el muchacho en diálogo con este matutino. El joven además reconoció que los ladrones fueron directamente por el teléfono, ya que tras la agresión siquiera lo despojaron de la mochila en donde llevaba su billetera y otros objetos de valor. 

Por la estatura parecían ser menores, pero no alcancé a ver mucho. El que me atacó no me dijo ‘dame tu celu’ o algo por el estilo, no me dijo nada. Vino y me hincó directamente, no me dio tiempo ni siquiera a reaccionar”, describió el entrevistado.

En relación a la grave lesión que recibió, comentó que fue “bien a la altura del pecho, cerca del corazón, no se por qué no atravesó mi corazón”. 

Inmediatamente al puntazo, los motochorros huyeron del lugar. Durante el breve lapso que se desarrolló el robo, Maxi pudo mantenerse en pie y durante los primeros instantes no sintió dolor fuerte. Sin embargo, al ver cómo desde el interior del orificio de la campera que fue atravesada por la estocada comenzaba a salir cada vez más sangre se asustó y decidió pedir ayuda.

Si bien era consciente de que tenía la casa de sus abuelos a pocos metros, el no querer que lo vean con semejante pérdida de sangre y que esto pudiera causarles una posible descompensación, lo obligó a caminar un par de cuadras en busca de ayuda.

Por fortuna, logró encontrar a un grupo de jóvenes que compartían una reunión en la vereda de una casa, quienes en cuestión de segundos lo asistieron y llamaron a la asistencia médica. 

Así fue trasladado hasta la guardia del hospital Samic local, donde los médicos que lo asistieron le dieron dos puntos de sutura en su herida.

Tras una serie de estudios de rigor y al constatar que de milagro la lesión no afectó ningún órgano vital, el joven fue dado de alta, no sin antes recetarles una batería de pastillas para el dolor corporal. 

En relación a esto, Maxi sostuvo que por el momento no puede hacer mucha fuerza en su brazo izquierdo y que, para evitar cualquier complicación, debe mantenerlo doblado porque sino padece problemas para respirar.

 “Las primeras horas yo no podía levantarme del dolor. Ahora tengo tres pastillas que voy tomando en horarios diferentes”, contó el mecánico. 

 Al ser consultado por el tema de la inseguridad en la zona comentó que fue una sorpresa, ya que es la primera vez que es víctima de un robo callejero y que muchas oportunidades salió en horarios más oscuros o en donde había neblina y nunca le sucedió nada. 

Por este hecho tomó intervención la Comisaría Primera de la Unidad Regional III, cuyos efectivos caratularon el caso como robo calificado y tentativa de homicidio.

Hasta el cierre de esta edición se intentaba relevar cámaras de seguridad de la zona para lograr identificar a la pareja implicada en el hecho y la motocicleta en la que se movilizaban. (ElTerritorio)

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