El IPRODHA construirá viviendas para albergar a tareferos durante la zafra

El presidente del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), C. P. Juan José Szychowski, y el titular del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA), Ing. Santiago Ros, firmaron hoy un convenio que establece construir viviendas para albergar a los tareferos durante su estadía para la zafra.

“Con el tarefero comienza el recorrido de la yerba que llega a las góndolas y ese primer paso, el de la cosecha, tiene que contar con excelentes condiciones de trabajo; a eso apunta el INYM, a brindar herramientas para optimizar a todo el sector, desde la zafra hasta el empaquetado, cuidando a los trabajadores y al consumidor”, destacó Juan José Szychowski.

“Es importante que toda la cadena yerbatera ande bien y este proyecto va en ese sentido, por eso agradezco a cada uno de los Directores del INYM y a la Provincia de Misiones por el respaldo, y al diputado Julio Petterson, quien nos acercó la iniciativa”, agregó.

Se prevé trabajar en forma conjunta con los pequeños, medianos y grandes productores, en cuyas propiedades se edificarán las viviendas de acuerdo a la cantidad de hectáreas de cultivo que los mismos posean, cantidad de trabajadores registrados y una determinada cuantía de hoja verde entregada durante los últimos dos años.

El costo de las viviendas será saldada por el dueño del yerbal al IPRODHA a través de los secaderos, que retendrán hasta el 10 por ciento del monto que le corresponde por el total de la entrega de hoja verde; eso, en un plazo de 10 años.

Este convenio, señaló Santiago Ros, “nos permite establecer un procedimiento que hasta ahora no teníamos cerrado y para lograrlo es importante la intervención del INYM porque cuenta con la información tanto de productores como de secaderos”. Explicó que “se trata de un préstamo que daremos al productor para la construcción de la vivienda, con un plazo estimado de diez años de amortización, el que se pagará a medida que el productor entregue la hoja verde en los secaderos, reteniendo hasta un 10 por ciento de ese importe”.

Petterson, por su parte, ponderó que “lo que queremos es garantizar que el trabajador temporal tenga un lugar digno donde pueda atender sus necesidades y resguardarse; este sector de la cadena tiene que ir mejorando a la par que van creciendo todos los eslabones de la actividad”, y enfatizó que la casas “fueron diseñadas, conjuntamente con el Ministerio de Trabajo, por el arquitecto Alan Kalitko, un joven de Andresito que cuando se recibió regreso a su lugar de origen y hoy está volcando su formación a nuestro principal producto”.

En el acto de firma del convenio también participó el vicepresidente del INYM, Ricardo Maciel.

Inédito

“Esto es inédito, no hay antecedentes, es la primera vez en la historia de la yerba mate que las instituciones se ocupan de brindar una estructura edilicia, con todos los servicios (agua, energía, sanitarios), para que los tareferos puedan almorzar, resguardarse de las inclemencias climáticas y descansar, además de organizar su jornada laboral con eficiencia”, destacó Rubén Alvez, representante de este sector en el Directorio del INYM.

Para que se comprenda con mayor profundidad el beneficio, Alvez recordó “que los tareferos trabajan a destajo, o sea ganan según la cantidad de kilos de hoja verde que cosechan. Llegan muy temprano al yerbal y ahí se quedan hasta el mediodía, que es cuando el sol obliga a buscar refugio y entonces vuelven a sus hogares. Si tienen una vivienda cerca, con agua, sanitarios y espacio para almorzar, pueden distribuir mejor las horas de trabajo, hacer pausas para alimentarse, descansar o atender cualquier otra necesidad”.

En la misma línea, Alvez volvió a ponderar programas del INYM que mejoran las condiciones de trabajo del sector que representa, “como la tijera automática, los carritos de arrastre y guiches de carga de raídos, indumentaria, kits sanitario para evitar el virus del Covid 19 y las capacitaciones de poda de yerba mate y de normas laborales, otorgándoles a los trabajadores conocimientos que les permite perfeccionar la mano de obra y mejorar los rendimientos del yerbal, algo bueno tanto para los tareferos como para los productores”.