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Sube la apuesta por la producción porcina

Crece el consumo interno y avanzan proyectos para la exportación

Argentina 04 de agosto de 2020 Por: Natalí Risso

En las últimas semanas, el sector porcino tomó protagonismo. El motivo fue el anuncio de una posible inversión china en granjas industriales para poder abastecer con una mayor producción de cerdos al gigante asiático. Si bien el acuerdo aún se encuentra en tratativas, hay algunas cifras que se repiten, pero resulta difícil dimensionarlas sin contextualizar la capacidad de producción, exportación y otros indicadores del sector: se invertirán 3.775 millones de dólares, se generará capacidad para producir 900.000 toneladas en 4 años, se prevé un incremento de 300 mil madres, se crearan 9.500 empleos directos y el país podrá exportar 2.500 millones de dólares. 

El sector porcino cuenta con dos grandes eslabones en su cadena de producción: el sector primario productor y el industrial que abarca desde los frigoríficos hasta la industria procesadora de carne. El sector productor primario es heterogéneo: está conformado por 4.299 unidades productivas que cuentan con un stock de 346.851 madres. Sin embargo, el 6 por ciento de las granjas cuenta con el 45 por ciento del stock de madres y mandan a faenar al 71 por ciento de la producción. De los 5,1 millones de porcinos que había en Argentina en 2019, el 45 por ciento se concentra en Buenos Aires y Córdoba. 

El sector industrial se encuentra aún más concentrado. Alrededor del 65 por ciento de la faena está manejada por las diez principales firmas. Este eslabón es un sector clave para la exportación, sobre todo aquellos establecimientos que garantizan la cadena de frio. Las exportaciones totales en 2019 alcanzaron los 42,8 millones de dólares. 

En Argentina, el industrial es una de las partes más débiles de la cadena de valor porcina: existen apenas 214 establecimientos faenadores, de los cuales 173 son frigoríficos. "No tenemos un sector preparado para exportar, faltan establecimientos que aseguren la cadena de frío, cámaras, frigoríficos habilitados para vender a países con altos estándares sanitarios como China o Vietnam. Es un sector con potencial pero con mucha falta de inversión", reflexiona Jorge Amado, el productor miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina de Productores Porcinos (AAPP).

 
El consumo per cápita de carne porcina es de 14,58 kilos anuales por habitante. Este número creció exponencialmente los últimos años (hace diez años era un poco menos del 50 por ciento) por el aumento del precio de la carne vacuna y por inversiones realizadas por el sector para promocionar y abastecer al mercado local. De cualquier forma, sigue siendo muy marginal en la economía nacional: factura 3.409 millones de dólares anuales, apenas un 0,38 por ciento del Producto Bruto Interno. "Es un sector muy relegado, aun cuando el país cuenta con los productos necesarios para criar: tiene maíz, soja, agua y extensión territorial", explica Amado y agrega "es más eficiente que la vacuna: en el periodo que un ternero tarda en crecer 480 kilos, una madre porcina puede tener 6 partos de 12 capones que pesarán 7.500 kilos en conjunto".

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