Postales crudas de Eldorado: entre irresponsabilidad ciudadana y "Aparecidas"        

                                                                       Madrugada de domingo. Bullicio céntrico y un botellazo a la puerta trasera de un móvil de Tránsito frente al boliche de la calle Esperanza. Nada tan grave como lo que ocurriera dos semanas atrás con un nuevo capítulo de “chocó, mató y huyó”, en el que la crudeza de una nueva tragedia exhibía esta vez a un joven de 20 años sin vida tras ser embestido por una camioneta. Y volvió a impactarse aún más cuando la justicia decidiera la pronta liberación de la “atropelladora”, cuando siquiera la moto del malogrado Elías devolvieran a su familia.

Las lluvias trajeron las complicaciones urbanas de siempre así como el alivio de arroyos y cultivos. Los docentes –y alumnos, volvieron a las aulas y las rutas a recuperar la fluidez para conmemorar Semana Santa con ocupación turística a pleno. 

La Aparecida

                                                                                                                             Como describe la leyenda, a tono con este tiempo de “cada cual atiende su juego”, nadie la vio llegar. Si ingresó a calle San Luis por la avenida, si estaba acompañada o bien tuvo un andar sigiloso. Lo que si puede asegurarse es que en la penumbrosa proximidad del sector Gas se detuvo. Allí, con pasmosa tranquilidad le retiraron la batería para irse del lugar dejándola con las llaves puestas. A diferencia del cuento con el que las abuelas sujetaban a la gurisada cabezuda, su presencia pasó desadvertida aunque se tratara de un regreso inesperado. La habían denunciado por “desaparecer” y hasta la acusaron de haber transportado no pocas gruesas de cigarrillos “importados” y gambetear controles de fuerzas de seguridad. En su historial registra el acarreo de garrafas de gas y una serie interminable de “prestaciones” de las que se habrían servido propios y extraños. Todo un logro para un modesto móvil que durante muchos años rodó en favor de los socios de la CEEL. 

No hubo celebraciones con el regreso ni anuncios rimbombantes por su retorno, pero tras casi un año con “destino incierto”, la Ford Courier CEO 418 volvió a casa. En los asientos contables de la entidad eléctrica no está clarificada su situación, escasean documentaciones y se desconoce la secuencia de su “salida” de la empresa. No es éste el único caso de su tipo, pero si el más emblemático; incluso por la particular forma de reincorporarse. En las sombras.

Es el claro ejemplo que expone un método fraudulento como estilo administrativo. Una manera de actuar y atentar. Un compendio de irregularidades y excesos que comienzan a ver la luz y aumentar el estupor de la sociedad. 

Es significativo haber dado el primer gran paso a la búsqueda de lo actuado y sus responsables; porque las actuales autoridades de la Cooperativa Eléctrica de Eldorado no tienen margen para afrontar tanto descalabro, sino comprometiéndose con todos los asociados en favor de la recuperación institucional, con el espíritu que lo hicieran los visionarios en su etapa fundacional: honestidad, solidaridad, comunitarismo y dignidad. 

En vuestra decisión – y representando únicamente los reales intereses de los socios, está el futuro. Porque tal vez no haya demasiadas oportunidades. Y en lugar de asombrarnos con “la Aparecida”, nos lamentemos como “la Llorona” sobre las ruinas humeantes de la empresa cooperativa -considerada en otro tiempo como la más importante de la región.

Pedro Krulewesky| Multimedios Genesis