Las escuelas misioneras tendrán dispensers de alcohol en gel automáticos

El proyecto fue aprobado por Ministerio de Educación y brindó los materiales para su elaboración.

Nicolás Fischer, profesor a cargo del proyecto junto a Alejandro Buchinger, en diálogo con Radio Génesis comentó que diseñaron y financiaron la construcción de un primer prototipo que fue el que expusieron en la presentación del proyecto. 

Fischer explicó que los equipos funcionan de la misma manera que lo hacen los secadores de mano con aire que se encuentran generalmente en baños públicos. Es decir, tienen un sistema de sensores que al colocar las manos abajo arrojan un chorro de alcohol en gel, de esta manera la persona “evita tener contacto con el aparato”. 

El ingeniero Buchinger diseñó un programa pensado para impedir “travesuras” de los chicos en cuanto al uso del dispenser, por ejemplo, si un alumno no retira sus manos, una fuerte chicharra comienza a sonar, este llamado de atención “indica que debe retirarlas”. 

Ciertas piezas son fabricadas con impresoras 3D, la Escuela cuenta con cinco máquinas que realizan este trabajo.

“Algo a recalcar es que queremos que los alumnos las usen, este año solo los profesores las han usado y fueron compradas para que los alumnos hagan sus prácticas con ellas.

En un principio la idea fue que alumnos de sexto año nos ayuden a confeccionar los dispenser, pero según las autoridades no estaban dadas las medidas sanitarias por lo decidieron que lo hiciéramos solo los profes”, señaló el docente. 

Por otro lado, indicó que el subsecretario de Educación Técnica, Gilson Berger fue quien les entregó los materiales que habían solicitado como, piezas electrónicas, insumos para las impresoras y herramientas varias, y hace dos semanas envió los potes que contenderán el alcohol en gel que eran fundamentales para avanzar con el proyecto.

“Es un paso para la vuelta a la presencialidad, es muy importante para nosotros. Esto nos agarró muy mal preparados a la gran mayoría, nos obligó a readaptarnos a contra reloj. Tenemos mucho trabajo extra, ya que requiere que vayamos hasta tres veces al día. Quiero destacar la colaboración de los directivos que siempre están predispuestos, muchas veces tienen que ir a abrir la escuela de noche porque tenemos que trabajar con las impresoras”, comentó Fischer.  

Este año el profesor también trabajó en la elaboración de barbijos y máscaras faciales que donaron al Hogar Santa Martha y nunca descuidó las clases virtuales y la atención particular de sus alumnos.