Pareja de policías que no baja guardia permanente: en la fuerza y como padres

Mariana y Miguel son de la Guardia de Infantería. Él es instructor en habilidades policiales y ella es una experta táctica en primeros auxilios. Son padres de dos hijos, uno de ellos tiene un tipo de encefalopatía que paraliza la mitad de su cuerpo, de la que se ocuparon y hoy su estimulación es exitosa.

Por Héctor Núñez

Mariana Salvayot y Miguel Acuña visten orgullosos el uniforme de la guardia de Infantería de la Policía de Misiones. También llevan consigo la capa de “Súper Padres”, porque se ocuparon de darle el mejor bienestar y, sobre todo, estimulación a Hanno (8); quien padece encefalopatía crónica no evolutiva (ECNE). A pesar de esta parálisis permanente, tiene una vida vida prácticamente normal.

 

 Miguel y Mariana junto a sus hijos

Para estos dos suboficiales todo obstáculo fue una oportunidad. El cabo primero Miguel Acuña está en la filas de las fuerza provincial desde hace trece años. “Primero estuve en Tránsito (hoy la Dirección General de Seguridad Vial y Turismo) y después, previa capacitación, me sumé a Infantería desde sus comienzos”, relató a Canal 12.

Acuña (37) está hace 11 años en esta unidad especial que nació prácticamente al mismo tiempo de su incorporación. En la actualidad es uno de los operadores de la dependencia. También se desempeña como instructor en tácticas policiales, en tiro y en manejo de armas de fuego. Toda una especialidad que la nutrió con capacitaciones realizadas a nivel nacional e internacional.

 

 Miguel Acuña durante una instrucción a sus camaradas

Por su lado, Mariana Salvayot (29) es cabo y a la institución se sumó hace ocho años. Apenas era una agente en comisión cuando decidió incorporarse a Infantería. No fue sencillo. Aunque sus habilidades la avalaron para ser parte de esta unidad especial, donde es una operadora más.

Por su hijo

A pocos meses de haber nacido y ante la aparición de algunos síntomas, Mariana y Miguel llevaron a su hijo Hanno al médico. Luego de varios estudios le diagnosticaron encefalopatía crónica no evolutiva (ECNE). En el chiquito, la enfermedad permanente se manifiesta con una parálisis en la mitad del cuerpo.

Mucho tiempo, y muy rápido, pasó desde aquellos días. Hoy, la pareja de policías elige contar lo que lograron. Miguel egresó del Instituto Montoya con una tecnicatura superior en actividades físicas. Los métodos que aprendió le sirven para aplicar a la estimulación del pequeño Hanno, que tiene como principal desafío tener estimulado sus miembros paralizados.

“Él puede andar en bicicleta, va a la escuela con normalidad, se puede desplazar pero siempre con acompañamiento”, contó emocionado su papá.

Para su mamá también fue una oportunidad el diagnóstico de Hanno, porque quería que fueran sus manos las primeras que asistan al pequeño ante una eventual descompensación. Mariana fue parte del exigente curso táctico de primeros auxilios en combate, dictado por el Ejército Argentino.

Sus sueños

Miguel y Mariana van por más. Al unísono dijeron “queremos garantizar el bienestar de Hanno” y también de su hermanita que tiene 2 años, la otra luz de sus días.

Eso que ellos consideran bienestar no se limita a lo material. En realidad, se traduce en más conocimiento. En ese aspecto, el cabo primero ya dio el primer paso con la tecnicatura en actividades físicas, que además de aplicarlo al tratamiento de Hanno, le permite ejercer como entrenador funcional.

La inspiración en pareja es recíproca y ahora le toca a Mariana que está a punto de comenzar a estudiar terapia ocupacional. No solo apunta a su hijo, sino en ayudar a otras familias que conviven con la misma discapacidad.