El Museo Andrés Guacurarí invita a delegaciones escolares a un viaje culinario en el tiempo

La iniciativa busca traer al presente los modos de cocinar que se practicaban años atrás con la mandioca, el maíz, el maní, la caña de azúcar y, su subproducto, la rapadura. Desde allí salían chipas, mbeyú, sopa paraguaya y otras delicias que actualmente forman parte de la gastronomía regional.

Esta semana se reactivará en el Museo Histórico y Arqueológico Andrés Guacurarí el programa El Museo y la Cocina, patrimonio cotidiano. Se trata de una oportunidad para que los grupos escolares puedan conocer y poner en práctica los modos de preparación de los platos tradicionales a partir de las materias primas básicas, con degustación incluída. 

Una experiencia sabrosa. En esta oportunidad, el plato que se preparará con las delegaciones escolares es el Huiti Manduvi, una delicia sencilla y nutritiva a base de maní que también lleva harina de maíz y rapadura. La degustación se complementa con un mate cocido al estilo campesino, con azúcar quemada.

La cita con la historia y la comida regional está prevista para los tres niveles escolares: primario, secundario y universitario. Los talleres se realizarán una vez a la semana, los días miércoles o viernes a elección. Las inscripciones se reciben al teléfono 3764-447373 o al siguiente mail: [email protected]

 
Un programa que se remonta al 2001

“Estamos contentos de volver a poner en marcha este programa, que ya tiene tanta historia y es tan querido por la gente del Museo”, expresó Laura Lagable, subsecretaria a cargo del área de Revalorización Patrimonial y Museos, del Ministerio de Cultura de la Provincia.

En efecto, el programa se creó en el año 2001, con el asesoramiento de la investigadora de Comida Regional, Ana María Fiaccadori, junto con la conservadora del Museo y autora de la iniciativa, Elba González.

Elba explica que el programa busca traer al presente los modos de cocinar que se practicaban años atrás, cuando el punto de partida de los platos que hoy son conocidos eran los elementos básicos que proveía la tierra: la mandioca, el maíz, el maní, la caña de azúcar y, su subproducto, la rapadura. 

Desde allí salían chipas, mbeyú, sopa paraguaya y otras delicias que actualmente forman parte de la gastronomía regional. Y también se dan a conocer los utensilios, muchos de los cuales ya no se utilizan en la actualidad.

“Todo eso forma parte de nuestra tradición y es nuestro patrimonio. Hace a nuestra identidad misionera. Y lo que buscamos con este programa es que las nuevas generaciones puedan tener una experiencia completa, con las acciones, los olores y los sonidos que hacían al modo de cocinar de nuestros antepasados”, explicó Lagable.

“Las formas de cocinar son parte de nuestro patrimonio intangible. Son los usos y costumbres de una sociedad, que se van modificando a medida que pasa el tiempo”, añadió Lorena Salvatelli, arqueóloga del Museo y también activa participante del programa, junto a Maryjó Molero y Oscar Gonzalez. “Estamos contentos de volver a recibir a las delegaciones escolares con la experiencia de la cocina”, dijeron.

Dos plantas, un patio y una sala de conferencias

El Museo Andrés Guacurarí abre sus puertas en General Paz 1865 (entre Córdoba y  Bolívar) de Posadas, de lunes a viernes, de 7.30 a 12.30 hs.

Posee dos plantas destinadas a la exposición, además de una amplia galería junto a un patio, el cual permite el desarrollo de talleres como el del Museo y la Cocina. Asimismo, tiene una sala de conferencias (nombrada “Ruth Adela Poujade”) con una capacidad para 80 personas.

En las salas de la planta baja se encuentran expuestos materiales arqueológicos pertenecientes a las culturas que habitaron la región hace más de 10 mil años. 

En la planta alta se exponen restos materiales provenientes de las Reducciones Jesuíticas, así como la imaginería que decoraba los grandes altares de los templos y capillas. 
En el museo se encuentra en custodia uno de los primeros libros que se imprimieron en la imprenta de las Misiones: el de Nicolás Yapuguay, hecho bajo supervisión del padre jesuita Pablo Restivo. Su nombre original es Explicación del Catechismo en lengua guaraní (1724) y Sermones y Exemplos en lengua guaraní (1727).