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La NASA confirmó que el raro objeto espacial que pasó cerca de la Tierra es un cohete de los años 60

Curiosidades 06 de diciembre de 2020 Redaccion Multimedios Genesis Redaccion Multimedios Genesis

Un equipo de científicos confirmó que el extraño objeto cercano a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés) 2020 SO es un cohete propulsor Centauro de la década de 1960. El NEO había sido descubierto en septiembre por astrónomos que buscaban asteroides cercanos y terminó despertando el interés de toda la comunidad científica debido a su tamaño y órbita inusual.

Para confirmar el origen artificial del objeto, los científicos utilizaron datos recopilados en la Instalación del Telescopio Infrarrojo de la NASA (IRTF) y el análisis de órbita del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

Un análisis detallado de la órbita de 2020 SO reveló que este se había acercado a la Tierra varias veces a lo largo de las décadas, con un enfoque en 1966 que lo acercó lo suficiente como para sugerir que puede haberse originado en nuestro planeta.

Comparando estos datos con la historia de misiones anteriores de la NASA, Paul Chodas, director de CNEOS, concluyó que 2020 SO podría ser el cohete propulsor de la etapa superior Centauro de la fallida misión Surveyor 2 de 1966 de la NASA a la Luna.

Teniendo en cuenta este dato, un equipo dirigido por Vishnu Reddy, profesor asociado y científico planetario del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona, realizó observaciones de espectroscopia de seguimiento de 2020 SO utilizando el IRTF de la NASA en Maunakea, Hawai.

El trabajo detrás de la detección
“Debido a la extrema debilidad de este objeto siguiendo la predicción de CNEOS, fue un objeto difícil de caracterizar. Obtuvimos observaciones de color con el Gran Telescopio Binocular, o LBT, que sugirió que 2020 SO no era un asteroide”, señaló Reddy en un comunicado.

Mediante una serie de observaciones de seguimiento, Reddy y su equipo analizaron la composición de 2020 SO utilizando el IRTF de la NASA y compararon los datos del espectro de 2020 SO con los del acero inoxidable 301, el material del que estaban hechos los propulsores de cohetes Centaur en la década de 1960.

Si bien en un principio no fue una combinación perfecta, el equipo persistió al darse cuenta que la discrepancia en los datos del espectro podría ser el resultado del análisis de acero nuevo en un laboratorio contra acero que habría estado expuesto a las duras condiciones del clima espacial durante 54 años. Esto llevó al grupo a realizar una investigación adicional.

“Sabíamos que si queríamos comparar manzanas con manzanas, tendríamos que tratar de obtener datos espectrales de otro propulsor de cohete Centauro que había estado en órbita terrestre durante muchos años para luego ver si coincidía mejor con el espectro de 2020 SO”, precisó Reddy.

“Debido a la velocidad extrema a la que los propulsores Centaur en órbita terrestre viajan por el cielo, sabíamos que sería extremadamente difícil fijar el IRTF el tiempo suficiente para obtener un conjunto de datos sólido y confiable”, agregó.

La clave de un segundo cohete
A pesar de estas dificultades, en la madrugada del 1 de diciembre, Reddy y su equipo lograron lo que pensaban que sería imposible. 

Los científicos observaron otro cohete propulsor Centauro D del lanzamiento de 1971 de un satélite de comunicaciones que estaba en Órbita de Transferencia Geoestacionaria, lo suficientemente largo para obtener un buen espectro. 

Acto seguido, el equipo comparó estos nuevos datos con el SO 2020 y encontró que los espectros eran consistentes entre sí, por lo que llegaron a la conclusión definitiva de que el SO 2020 también es un propulsor de cohetes Centauro.

“Esta conclusión fue el resultado de un tremendo esfuerzo de equipo. Finalmente pudimos resolver este misterio gracias al gran trabajo de Pan-STARRS, Paul Chodas y el equipo de CNEOS, LBT, IRTF y las observaciones en todo el mundo”, destacó Reddy.

2020 SO hizo su acercamiento más cercano a la Tierra el 1 de diciembre de 2020 y permanecerá dentro de la esfera de dominio gravitacional de la Tierra, una región en el espacio llamada “Esfera Hill” que se extiende aproximadamente 1,5 millones de kilómetros desde nuestro planeta, hasta que escape de nuevo a una nueva órbita alrededor del Sol en marzo de 2021.

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