Separados y bajo estricta vigilancia: así viven los hermanos Kiczka en la cárcel de Cerro Azul
Policiales09 de septiembre de 2024Redaccion RMMDesde hace ocho días, los hermanos Germán y Sebastián Kiczka, acusados de tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil, se encuentran detenidos en la Unidad Penal de Cerro Azul, en el paraje General Guemes. La vida en el penal es estricta y reglamentada: los hermanos están alojados en sectores diferentes y bajo medidas de seguridad extremas.
Ambos permanecen en pabellones separados dentro de la unidad, clasificada como de “mediana seguridad”. Esta separación busca evitar cualquier contacto entre ellos y con otros internos que pudiera comprometer la seguridad del penal. Según fuentes del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), los hermanos comparten las actividades con el resto de la población carcelaria, pero cada uno en su sector y bajo supervisión constante.
Visitas restringidas y sin contacto visual.
El sábado pasado, los hermanos recibieron la visita de sus padres, aunque también se realizó de manera separada. Según la normativa penitenciaria, los reclusos tienen permitido recibir hasta tres visitas semanales; sin embargo, la lista de visitantes autorizados es restringida y controlada rigurosamente.
Además, está prohibido el ingreso de teléfonos celulares y cualquier otro dispositivo de comunicación al predio, una medida que busca evitar la exhibición pública de momentos como los que se vieron en la comisaría 2ª de Apóstoles, donde se observó a los hermanos riendo durante el horario de visita.
Rutina diaria: actividades al aire libre y talleres.
La rutina de los hermanos Kiczka se ve marcada por el aislamiento y las estrictas reglas del penal. Los acusados tienen horarios diferentes para realizar actividades al aire libre, lo que evita que coincidan en ningún momento. Además, el complejo penitenciario cuenta con talleres de panadería, carpintería, herrería y electricidad, operados por el personal del SPP. A pesar de las posibilidades de participar en estas actividades, los hermanos están sujetos a un régimen controlado que les impide cualquier interacción fuera de sus respectivos pabellones.
El juez Miguel Ángel Faría, quien ordenó el traslado de los hermanos Kiczka al penal de Cerro Azul, tomó la decisión debido a la gravedad de las acusaciones que enfrentan. Esta cárcel, rodeada de una densa vegetación y con señal telefónica prácticamente nula, presenta un ambiente de máxima vigilancia y control, donde los detenidos solo pueden mantener contacto con sus familiares durante los tres horarios semanales de visita autorizados.
En la unidad también funciona la Escuela ECE N° 1, lo que ofrece a los internos la posibilidad de continuar con sus estudios. Sin embargo, la presencia de los hermanos Kiczka en el penal ha generado indignación pública, especialmente después de los incidentes en la comisaría. Las medidas de seguridad en Cerro Azul buscan evitar situaciones similares, garantizando que los acusados permanezcan bajo la máxima supervisión posible.
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