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Misiones: ¿Por qué alarma tanto la aparición del caracol africano?

Eldorado 07 de enero de 2021 Fiorella Giménez

El caracol gigante africano (Clase: Gastropoda; Familia: Achatinidae; Género: Achatina ) es considerado una de las 100 plagas agrícolas más perjudiciales del mundo. Además del impacto que puede ocasionar sobre la agricultura y la fauna de caracoles nativos, también puede transmitir enfermedades  para las personas por la gran cantidad de parásitos que alberga.

Este caracol que sobresale por su gran tamaño se ha adaptado fácilmente a la vida en regiones fuera de su zona de distribución natural y se le considera uno de los más grandes caracoles terrestres.

Aunque nativa del este africano, el caracol gigante se encuentra en todos los continentes con excepción de la Antártida.

Durante mucho tiempo, los seres humanos han implementado diversas estrategias para el manejo y control de las poblaciones de Achatina fulica. Incluso en algunos países es ilegal poseer estos caracoles. Por otra parte, algunas veces son capturados para el consumo humano, aunque esta  práctica resulte peligrosa para la salud.

Donde el clima es cálido y húmedo, el caracol prospera. En África habita a lo largo de los bordes de los bosques, pero puede vivir en los márgenes de los ríos y arroyos, zonas de matorrales, zonas agrícolas, plantaciones, jardines, humedales y en varios sitios urbanos o perturbados. Es capaz de hallarse en climas templados.

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Descripción
El caparazón del caracol gigante africano alcanza hasta 20 centímetros de longitud y 7-10 centímetros de altura. Un individuo adulto pesa unos 32 gramos. El cuerpo posee dos tentáculos cortos y otros dos largos en donde se sitúan los ojos.

De forma cónica y de apariencia estrecha, el caparazón puede tener de 7 a 9 espirales apreciables en su superficie. El color no es siempre igual, sino que depende de las condiciones ambientales del sitio en donde está. Por lo general, es marrón ligeramente oscuro o rojizo con franjas verticales amarillentas. La apertura es relativamente pequeña.

Ciclo de vida
Los caracoles gigantes africanos están activos entre los 9 y los 45 °C (grados Celsius), cuando se superan esas temperaturas, entran en un estado de hibernación, viven un promedio de seis años y están principalmente activos entre la tarde y las primeras horas de la mañana.

Alimentación
Este herbívoro no discrimina entre la materia vegetal viva o muerta, pues tiene un apetito tan bueno que se alimenta de más de 500 tipos de plantas, incluidas las comestibles para los seres humanos. Come hojas, flores, frutas, tallos, cortezas, madera, semillas, granos, nueces, algas e incluso líquenes, hongos y otros caracoles. Cultivos económicamente valiosos para el ser humano como coliflor, el cacao, el tomate, el trigo, la soja, el plátano y muchos otros vegetales, a menudo se convierten en comida del caracol gigante africano.

Debido a la presencia de su caparazón, en ocasiones debe consumir pequeñas piedras, granos de arena o huesos que le aportan calcio.

Comportamiento
Achatina fulica es mayormente activo durante la noche y durante el día permanece en estado latente, muchas veces enterrado bajo el suelo para mantenerse a salvo de los depredadores. No es una especie social. Por el contrario, pasa sola toda su vida; ni siquiera después de poner huevos establece vínculo alguno con sus descendientes.

Reproducción
Es un hermafrodita: tiene órganos reproductores masculinos y femeninos, así que tiene la facultad de autofecundarse, pero no suele hacerlo. Los sexos se aparean de la “forma tradicional”. Eso sí, los caracoles jóvenes o inmaduros producen únicamente espermatozoides, mientras que los adultos pueden producir también óvulos.

Debido a que este caracol puede afectar la salud de las personas, el Senasa recomienda:-No tocar ni comer los caracoles
-Si se los toca, lavarse inmediatamente las manos; al igual que si se tocan superficies que pueden haber estado expuestas a su baba.
-Evitar el contacto con la baba del caracol, especialmente en ojos, nariz y boca.
-Lavar con agua potable las verduras, porque pueden haber estado expuestas a su baba.
-No utilizar los caracoles como carnada, mascotas o adorno.
-No utilizar veneno contra el caracol, ya que los molusquicidas son extremadamente tóxicos para niños, mascotas y la fauna nativa.
-Eliminar del jardín restos de madera, materiales de construcción o cualquier otro elemento que pueda servirle de refugio.
-En caso de hallarlos, tomarlos con guantes impermeables (látex), colocarlos en una bolsa, aplastarlos y enterrarlos, o introducirlos en un recipiente con dos partes de agua y una de cloro. Los guantes también deben ser enterrados o quemados.
-No permitir que los niños participen en la captura de caracoles.
-No trasladar los caracoles a otras zonas. Tampoco plantas u otros elementos del hogar donde los caracoles o sus huevos podrían alojarse.

En caso de detectar la presencia de esta plaga, comunicarse con el Senasa, a su línea gratuita 0800-999-2386; a la Oficinas en Puerto Iguazú, Misiones: (03757) 421517; a la Dirección de Vigilancia y Monitoreo de Plagas en Buenos Aires: (011) 4121-5196.

También se puede enviar un correo electrónico a: [email protected] o realizar la denuncia a través del formulario de la página web: www.sinavimo.gob.ar/node/add/deteccion.

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POR: Fiorella Giménez.

Material extraído de diversas fuentes. 

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