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Las nuevas formas de la noche joven

La recreación nocturna se reconfiguró para adaptarse a los protocolos sanitarios: burbujas y sanitizantes en los locales gastronómicos, el boom de los shows en vivo y los encuentros caseros como emergentes

General 22 de febrero de 2021 Redaccion Multimedios Genesis Redaccion Multimedios Genesis

La pandemia de coronavirus y las medidas tomadas por los gobiernos para controlar su avance impactaron en todos los ámbitos de la sociedad y de cada individuo.

Próximos a transitar un año entero en cuarentena, en sus distintas fases, algunas lecturas se hacen posibles sobre esta reconfiguración inesperada del funcionamiento de la vida.

 
El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud alertó que el mundo afrontaba una nueva pandemia y, una semana después en el país se establecía el aislamiento social preventivo y obligatorio.

 
Desde entonces, los hechos se precipitaron en un escenario incierto y cambiante.

 
Se definieron entonces por orden de prioridad las tareas esenciales y todo lo demás se paró. En ese punto de máxima restricción -con una ola de casos positivos con epicentro en Buenos Aires- la recreación nocturna se frenó. Si bien poco a poco, las actividades fueron retomándose con protocolos acordados, reabrieron bares y restaurantes, volvió la música en vivo y el teatro, pero los boliches bailables no han vuelto a abrir sus puertas tal como los conocíamos y debieron reinventarse.

En este panorama de emergencia sanitaria, la noche es todavía ese territorio vedado y  en permanente cambio y tensión.

 
Sobre estas transformaciones que imprimió el coronavirus a las salidas nocturnas y acerca del foco puesto en el comportamiento de la juventud con la proliferación de fiestas clandestinas multitudinarias.

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En esta radiografía urbana de cuarentena, se repasa el reclamo del sector comercial gastronómico de volver a trabajar, la tarea intersectorial para el armado de protocolos que permitan funcionar en un marco de seguridad y cuidando las fuentes de empleo. El protagonismo de los bares que se repusieron al parate y que despegan con los espectáculos en vivo, con promociones para atraer a los clientes y con estética renovada.

 
Por otra parte, las experiencias de los boliches que se ambientaron como bares para poder recibir al público pese a las limitaciones de infraestructura. Estos locales han hecho una gran inversión para reformular sus espacios. Sólo en Posadas, hay por lo menos 20 pubs y boliches bailables que se agiornaron como bares para poder ofrecer una carta gastronómica y música de artistas o DJ. 

 
En tanto, los jóvenes, ese grupo poblacional siempre dinámico, en todo estos meses han encontrado nuevas formas de diversión. Desde las juntadas en las casas de amigos- hoy están permitidas reuniones de hasta 20 personas-, las salidas a bares a horas más tempranas, hasta las perseguidas fiestas clandestinas, de las más espontáneas a las más sofisticádamente organizadas, muchas veces por adultos.

 
En las páginas que siguen, todos los actores aportan su voz, más allá de las diferencias y matices por sector, una idea en común es la de encontrar un punto en que se pueda recuperar lo conocido como normal dentro de un marco de cuidado de la salud general, de las manifestaciones culturales y de la actividad económica que es motor de empleo y una apuesta al turismo.

 
La antropóloga Lucía Fretes dio una mirada esperanzadora de la humanidad frente a los cambios que plantea esta época: “Es chocante porque es un proceso de cambio rápido. Estamos reaprendiendo cosas que veníamos repitiendo de generaciones en  generaciones. Pero lo bueno de la cultura es que tiene la capacidad de hacernos generar nuevas prácticas y en eso estamos. El ser humano se va a levantar. En un tiempo más, nuestro proceso de socialización va a ser con nuevas identidades, nuevas formas de asumir la virtualidad, lo educativo, las relaciones entre unos y otros”.

FUENTE: EL TERRITORIO 

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