Vialidad avanza en el trazado de rutas con una mirada ambiental

La Dirección Provincial de Vialidad contempla un plan de desarrollo de rutas que contienen una profunda mirada ambiental sobre el territorio de Misiones.

A través de los años, la Dirección Provincial de Vialidad ejecuta obras para lograr más accesibilidad y nuevas conexiones para las localidades de Misiones. Al tratarse de la provincia que guarda el 52% de la biodiversidad del país, existen factores cruciales que representan un desafío en el diseño de nuevas rutas.

Consultado sobre esta tarea, el ingeniero Conrado Scotta brindó precisiones técnicas sobre las cuestiones que intervienen en la ejecución de estas obras viales. “Nosotros estamos ejecutando la segunda etapa, la continuación de la autovía Ruta Nacional 105 que comprende desde el Arroyo Pindapoy Chico (Km 15) hasta la rotonda de la Ruta Nacional 14 (Km 33)”, informó.

Sobre el estado actual, comentó que se encuentra en un 40% de avance, con criterios ambientales ya aplicados: “tenemos un primer pasafauna ya ejecutado y parte del segundo también”. Se trata de una zona que requiere una convivencia continua con el tránsito in situ, de alrededor de 7 mil vehículos diarios que circulan, entre autos particulares, colectivos y otros rodados.

El desafío de las rutas misioneras, entre el valor de la fauna y la flora

Scotta reconoció que existen otros factores que hacen a la dificultad y complejidad de estos trabajos. “La topografía en primer lugar, luego la cantidad de cursos de agua entre arroyos y ríos con los que cuenta la provincia, y la totalidad del medio ambiente en materia de biodiversidad” especificó.

En ese sentido, comentó: “la mejor forma de adaptarse a la topografía predominante es tratar de respetar sus niveles en la medida de lo posible”. Esto tiene que ver con minimizar el movimiento de suelos, explicó, lo que implica “un factor fundamental en el cuidado ambiental”.

 
En general, para una traza nueva el criterio es balancear o equilibrar los sectores de desmonte o de extracción de material (suelo o roca) y los sectores a terraplenar con el material extraído. “Una vez definida la parte geométrica de la traza, va a responder a criterios técnicos, que a su vez dependen de la zona o el sector donde estemos por ejecutar la ruta nueva”, expresó.

Sobre esto, opinó que “no es lo mismo lo que sucede en un territorio de llanuras, montañoso o de serranía como es el nuestro”. Con respecto a esto, señaló que hay diferencias con otras zonas del Litoral. “Se me ocurren un montón de factores pero si nos tenemos que limitar a comparar una ruta en Corrientes y una en Misiones, la nuestra es una topografía desafiante”, afirmó Scotta.

Criterios modernos para rutas modernas

Por otra parte, sostuvo que las obras cambian considerablemente su magnitud en función del movimiento del suelo mencionado. Esto sucede porque la ruta debe responder a cuestiones de seguridad vial y de confort para el usuario que la circula.

“Este criterio determina exigencias en cuanto a su diseño”, sostuvo, ya que existen sectores donde el grado de una pendiente tiene ciertos límites. “Por eso se hacen desmontes o voladuras de rocas para respetar ese límite, en zonas como la nuestra que tiene muchas sierras, no todas responden a este valor de inclinación o de pendiente”, explicó.

Con ese criterio, comparó la evolución de las obras viales en las rutas nacionales 12 y 14. La primera es más antigua y los criterios viales se fueron modificando. Sobre la segunda, afirmó que “es notable como la pendiente límite del 3% donde se tiene una visibilidad plena a la hora de conducir”.

Las pendientes de la Ruta 12, en cambio, superan este “límite moderno” y no hay suficiente visión para realizar algunas maniobras de manera segura. “Por ello, se incorporaron las terceras trochas para que los camiones y demás tránsito pesado se corrieran a la derecha y se pueda transitar de forma más segura”, concluyó.