Economistas y analistas financieros coincidieron en que la baja de la tasa de interés impactó directamente en la suba del dólar blue, debido a que mantener pesos e invertirlos en plazos fijos es cada vez menos atractivo.
El dólar blue experimentó un notable incremento de $110 entre lunes y martes para alcanzar los $1.230 y acercarse a su valor nominal récord de $1.255 alcanzado a fines de enero.
Con este fuerte aumento, la brecha con el dólar oficial se amplió al 38,4%, el nivel más alto desde el 7 de febrero pasado.
Dólar blue: las causas de la suba y lo que anticipa el mercado
El fuerte repunte del dólar blue estuvo influenciado por la sexta reducción de tasas del Banco Central (BCRA). Tras conocerse que la inflación volvió a un dígito (8,8%), la autoridad monetaria decidió el martes pasado bajar su tasa de política monetaria en 10 puntos porcentuales, situándola en 40%.
Economistas y analistas financieros coincidieron en que esta medida impactó directamente en el incremento del dólar blue, debido a que mantener pesos e invertirlos en plazos fijos es cada vez menos atractivo. En la mayoría de los bancos, donde los retornos ya eran negativos, la tasa se ajustó al 30% anual, lo que equivale a un 2,7% mensual, muy lejos del 5% a 6% de inflación proyectada para mayo.
De cara al futuro, desde Romano Group creen que todavía «hay aún factores que pueden mantener calmo al dólar en los niveles actuales» como una posible intensificación de la liquidación de la cosecha gruesa o mismo la permanencia del cepo, aunque advirtieron que el fin del carry trade sumado al estancamiento en cámara alta de la ley bases, podría generar mayor volatilidad.
Con una mirada similar, Delphos Investment recordó este martes en un reporte que «la larga siesta desde el último máximo nominal del CCL en enero posibilitó un carry muy importante en distintos instrumentos en pesos con escasa volatilidad», pero que a partir de la reducción de tasas del BCRA «habrá que monitorear la amplitud de este reacomodamiento alcista».
Por su parte, la economista Elena Alonso también dijo que la reciente suba del blue está vinculada a la baja de la tasa de interés, «dado que ante los rendimientos de los plazos fijos, la gente se siente más segura cubriéndose en los dólares». Cabe recordar que, algunas tasas de plazos fijos ya se ubican por debajo del 30%, y los ahorristas se desplazan al atesoramiento en dólares.
Alonso comenta que, además, se empezó a hablar más de la dolarización, lo cual genera resguardo, miedo e incertidumbre, llevando a las personas a refugiarse en el dólar, que «siempre nos ha hecho sentir seguros».
Respecto de un eventual atraso cambiario, Alonso indicó que hubo una inflación en términos de dólar muy alta debido a la inflación en pesos que hubo en los primeros meses del año y en diciembre. «Esto puede generar la percepción de un dólar barato en comparación con esta situación, pero no veo la posibilidad de que el Gobierno haga un aumento devaluatorio, especialmente con la inflación a la baja», resaltó.
En este contexto, Alonso consideró que el reacomodamiento de costos y precios de venta está siendo dejado en manos de las empresas para que busquen ser más competitivas. También deslizó que el Estado debería intervenir reduciendo impuestos para darles un alivio, pero no cree que esto ocurra a través de un ajuste en el tipo de cambio.
Con relación a la tasa y el nivel del dólar, Leo Anzalone, director del Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC), observó que es, por lo menos, un resultado colateral que le viene bien al Gobierno. El problema no es el dólar oficial, explica, el cual considera que seguirá con un crawling peg del 2% mensual, ni tampoco el blue. «Acá lo que hay que observar son los financieros, porque son los menos encepados».
«Entonces, cada vez que baja la tasa, los movimientos se dan ahí, el que hay que observar es el CCL. ¿Por qué es un resultado colateral beneficioso? Porque cada vez hay un recorte, sube un poco el CCL, que es el que mira el campo, ya que ahí liquida un 20%, si el campo liquida, el gobierno obtiene dólares», señaló el economista.
Fuente: Ámbito