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La refinanciación de deuda y el juego financiero en Argentina

Argentina30 de octubre de 2024Redaccion Multimedios GenesisRedaccion Multimedios Genesis
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En el marco de la Argentina actual, el gobierno de Javier Milei se enfrenta a un nuevo ciclo de endeudamiento que vuelve a condicionar la economía del país. Con una política que propone refinanciar la deuda a tasas elevadas, Milei promete una reducción del riesgo país, pero lo que muchos observadores ven es una estrategia orientada a maximizar las ganancias del sistema financiero, más que a asegurar el desarrollo económico y el bienestar de los argentinos.

Lejos de ser una herramienta de alivio, la refinanciación de la deuda parece diseñada para incrementar los ingresos de los prestamistas y del sector financiero, que aprovecha la "bicicleta financiera" para obtener rendimientos extraordinarios. No solo se manejan tasas de interés elevadas –un 9%, significativamente superior a la que logran otros países–, sino que también se asegura a las entidades financieras comisiones millonarias que consolidan su apoyo a este modelo. Para el sector financiero, esta refinanciación no es otra cosa que una fuente inagotable de ingresos, garantizando beneficios constantes en detrimento de un endeudamiento que crece sin fin.

Este ciclo de deuda no es nuevo para los argentinos. Desde el endeudamiento acumulado durante la dictadura hasta el significativo incremento de la deuda bajo el gobierno de Mauricio Macri, la historia ha mostrado cómo estos ciclos ahogan la capacidad del Estado para invertir en desarrollo social, infraestructura y mejoras en servicios públicos. Ahora, con esta nueva refinanciación, se teme que se repita el mismo patrón de crisis y dependencia financiera.

La celebración por la reducción del riesgo país conlleva, sin embargo, un costo social incalculable. La reducción en jubilaciones, salarios y servicios básicos es el precio que paga la población para mantener una economía enfocada en los beneficios de unos pocos. Las altas tasas de interés actuales, además, asfixian cualquier oportunidad de crecimiento productivo real, pues las empresas encuentran mayor rentabilidad en el negocio financiero que en la inversión productiva. Esto se refleja en el estancamiento de la capacidad instalada y en una baja en la generación de empleo, mientras el sector privado también se embarca en la bicicleta financiera en vez de fortalecer la industria y el crecimiento económico del país.

Además, el contexto internacional también juega un rol crucial. Las decisiones de la Reserva Federal de los Estados Unidos y las fluctuaciones en las tasas de interés globales imponen aún más presión sobre la economía argentina, sumiéndola en una dependencia que obstaculiza cualquier proyecto de desarrollo autónomo y sostenible. Bajo esta dependencia externa, resulta difícil imaginar una salida que ponga en el centro el bienestar de la población.

En resumen, la refinanciación de deuda y el enfoque económico del gobierno actual profundizan un modelo que favorece al sistema financiero y a los grandes inversores, relegando las necesidades del país y su población. ¿Hasta cuándo Argentina seguirá hipotecando su futuro en favor de los beneficios de unos pocos? (RMM)

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