Venecia comenzó a sufrir en los últimos días un marcado descenso en el nivel de sus aguas que impide la circulación de sus embarcaciones y complica sus actividades turísticas, una situación que se suma a la crisis generada por la pandemia del coronavirus. Esa ciudad emblemática de Italia, que en pleno confinamiento por la pandemia de coronavirus sorprendió por la claridades del agua de sus canales, ofrece ahora unas inusuales imágenes de sus canales secos.
Este fenómeno, conocido en Italia como acqua bassa (agua baja, en italiano) y cuyo reverso se lo denomina acqua alta (agua alta), está asociado a las fluctuantes mareas que afectan a la ciudad de los canales, situada sobre una laguna del Mar Adriático.
Según datos del Centro de Informes y Pronóstico de Mareas de Venecia, el acqua bassa comenzó a notarse a partir del 24 de febrero y ya llegó a niveles críticos. Los valores normales de la marea oscilan entre los 50 y 79 centímetros desde el fondo. En este momento, se registran bajas de hasta 50 centímetros y algunos canales se encuentran completamente secos.
No es la primera vez que Venecia sufre una situación de estas características. Si bien en enero de 2020 la marea de la ciudad registró una baja similar a la actual, el mínimo histórico ocurrió en febrero de 2018, cuando el agua llegó a los 83 centímetros bajo el nivel del mar.
En tanto, el acqua alta de Venecia alcanzó su punto culmine en noviembre de 2019, cuando la ciudad registró su marea más alta en 50 años y el agua llegó a los 166 centímetros en algunos canales.
En aquel momento, las inundaciones provocaron la muerte de un hombre de 78 años, que murió electrocutado, daños por más de 1000 millones de euros y dejaron a la basílica de San Marcos, situada sobre la plaza homónima, completamente bajo el agua.