Síndrome Urémico Hemolítico: el 90% de los afectados tiene menos de 5 años
Salud16 de noviembre de 2024Redaccion RMMEn niños, el origen más común es el consumo de carne picada insuficientemente cocida, lácteos no pasteurizados o vegetales contaminados. Las claves para previr esta enfermedad.
El Síndrome Urémico Hemolítico (SHU) es una enfermedad que afecta principalmente a niños menores de cinco años, causada en su mayoría por la ingestión de alimentos contaminados con la bacteria Escherichia coli, productora de toxina Shiga. Según especialistas, el 90% de los casos registrados se encuentran en este grupo etario, lo que refuerza la necesidad de adoptar medidas estrictas de higiene alimentaria para prevenir su aparición.
La bacteria Escherichia coli es la principal causal del Síndrome Urémico Hemolítico.
Durante el 32° Congreso Nacional de Medicina en la Universidad Católica Argentina, un grupo de médicos del SAMIC de Eldorado, presentó un caso poco habitual de SHU en un adulto, lo que subraya que esta condición, aunque extraña en personas mayores, puede ocurrir en cualquier etapa de la vida. Este caso, expuesto por la médica Florencia Arenhardt, resaltó la importancia de un diagnóstico precoz y del tratamiento adecuado. Además, indicó que sirve como un recordatorio de los riesgos asociados a los alimentos mal cocidos o contaminados.
Qué es el SHU y cómo prevenirlo.
El SHU se caracteriza por síntomas como anemia, insuficiencia renal y reducción del recuento de plaquetas. En niños, el origen más común es el consumo de carne picada insuficientemente cocida, lácteos no pasteurizados o vegetales contaminados. Estas fuentes permiten la transmisión de la bacteria E. coli, que puede desencadenar complicaciones graves, incluso insuficiencia renal permanente.
Según los especialistas, la clave para prevenir esta enfermedad está en la correcta manipulación y cocción de los alimentos. Es esencial cocinar la carne, especialmente la picada, a temperaturas superiores a los 70 °C, evitar la contaminación cruzada en las superficies de trabajo y lavar cuidadosamente frutas y verduras antes de consumirlas.
Más allá de la carne: prácticas seguras en la cocina.
Si bien la carne molida es una de las principales fuentes de infección, otros alimentos también pueden estar implicados. Para minimizar los riesgos, los especialistas recomiendan:
Refrigerar adecuadamente los alimentos: Mantener carnes y productos perecederos a temperaturas seguras para evitar el crecimiento bacteriano.
Evitar el consumo de productos lácteos no pasteurizados: Estos pueden ser vehículos de E. coli y otras bacterias peligrosas.
Fomentar la higiene personal: Lavarse las manos con agua y jabón antes y después de manipular alimentos es crucial para evitar la contaminación.
Educación alimentaria para la prevención.
La presentación del caso en el Congreso Nacional de Medicina pone de manifiesto la necesidad de fomentar la educación alimentaria tanto en los hogares como en instituciones educativas. Es fundamental que las familias conozcan los riesgos y las medidas simples que pueden adoptar para proteger su salud.
También sirve como recordatorio de que nadie está completamente exento de los peligros asociados a la mala cocción de alimentos. Por ello, la prevención debe ser una prioridad para todos. Implementar buenas prácticas de higiene y cocción en la cocina es el primer paso para evitar esta y otras enfermedades de transmisión alimentaria.